El legado de Primavera silenciosa de Rachel Carson

Un Hito Histórico Nacional de la Química

Dedicado el 26 de octubre de 2012 en la Universidad Chatham de Pittsburgh, Pensilvania.

La obra de Rachel Carson, Primavera silenciosa, publicada en 1962, marcó un hito en el desarrollo del movimiento ecologista moderno. La perspectiva y el rigor científicos de Carson crearon una obra de gran profundidad y credibilidad que suscitó un amplio debate entre la comunidad científica y el público en general sobre el efecto de los pesticidas en el mundo natural. Estos debates dieron lugar a nuevas políticas para la protección del aire, el agua y, en última instancia, la salud y seguridad. El libro de Carson promovió un cambio de paradigma en la forma en que los químicos practican su disciplina y ayudó a establecer un nuevo rol  para los químicos en la investigación del impacto de la actividad humana sobre el medioambiente. El legado de Primavera silenciosa continúa hoy en día en la creciente atención de la comunidad química a las prácticas de química sostenible y en el creciente apoyo del público a la sostenibilidad en todos los ámbitos de nuestras vidas.

Contenido

Ciencia y progreso después de la Segunda Guerra Mundial

Si se juzga a una civilización por la sabiduría de sus modos de actuar, el siglo XXI debe una gratitud considerable a una mujer, Rachel Carson, cuyo libro Primavera silenciosa, publicado en 1962, revolucionó la forma en que la gente entiende su relación con el entorno natural. En concreto, el libro explicaba cómo la aplicación indiscriminada de sustancias químicas agrícolas, pesticidas y otras sustancias químicas modernas contaminaba nuestros arroyos, dañaba las poblaciones de aves y animales, y causaba graves problemas médicos a los seres humanos. Pero su estudio, hizo mucho más.y Primavera silenciosa introdujo un cambio de paradigma en la forma en que los químicos practican su disciplina y en la forma en que la sociedad en general se relaciona con la ciencia.

Para entender hasta qué punto este libro cambió radicalmente la mentalidad moderna, tenemos que remontarnos a la época entre la Segunda Guerra Mundial y finales de la década de 1950, cuando Carson decidió escribir Primavera silenciosa. Las nuevas tecnologías florecieron durante la guerra a medida que biólogos, químicos y físicos, entre otros, eran reclutados para ayudar al ejército. Tras la guerra, la ciencia y la industria tradujeron estos y otros avances en productos comerciales destinados a mejorar la calidad de vida de la población civil. Un ejemplo es el DDT (dicloro-difenil-tricloroetano).

El DDT, un potente insecticida, impidió eficazmente la propagación de la fiebre tifoidea, la malaria y otras enfermedades transmitidas por insectos, y salvó innumerables vidas durante la guerra. Tras la guerra, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos y las empresas promovieron el DDT y otras potentes sustancias químicas para aumentar la producción nacional y combatir diversos problemas. El uso generalizado del DDT se refleja en la gama de productos en los que se comercializaba, desde aerosoles a gran escala hasta pintura y papel para paredes con insecticida. La producción estadounidense de DDT pasó de 4366 toneladas, en 1944, a un máximo de 81 154 toneladas en 1963.

Carson, que trabajó en el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos (FWS, por sus siglas en inglés) desde 1936 hasta 1952 como científica de campo y escritora, era muy consciente de las políticas y prácticas de la época. En su opinión, los líderes gubernamentales y los ejecutivos del sector estaban ansiosos por crear cambios radicales, pero avanzaban en nuevas tecnologías sin conocer todas las implicaciones de sus decisiones. A Carson le conmovía la relación entre el ser humano y el mundo natural, y le preocupaban los efectos de las intervenciones científicas en el medioambiente.

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The Legacy of Rachel Carson's Silent Spring commemorative booklet
“El legado de Primavera silenciosa de Rachel Carson”, folleto conmemorativo elaborado por el programa de Hitos históricos nacionales de la química de la American Chemical Society en 2012 (PDF). En inglés.
Folleto en PDF (en inglés)

No sostengo que no deban utilizarse nunca insecticidas químicos. Sí sostengo que hemos puesto sustancias químicas venenosas y biológicamente potentes de forma indiscriminada en manos de personas que ignoran, en gran medida o por completo, su potencial nocivo. ...

 “...hemos permitido que estas sustancias químicas se utilicen con poca o ninguna investigación previa sobre su efecto en el suelo, en el agua, en la fauna y los propios seres humanos. Es poco probable que las generaciones futuras aprueben nuestra imprudente falta de preocupación por la integridad del mundo natural que sustenta toda la vida”.

— Rachel Carson, Primavera silenciosa, 1962

Rachel Carson: experta en dos mundos

Es posible que Rachel Carson fuera una de las pocas personas capaces de escribir con el rigor científico requerido por el asunto, y con una sinceridad y un atractivo estilo de redacción que cautivaron la atención de una nación. Carson nació en 1907 en Springdale, Pensilvania, un pueblo rural junto a un río a las afueras de Pittsburgh. La madre de Carson, Maria, animó a su hija a escribir y, a los 11 años, Carson ya había ganado concursos de escritura. En 1925 ingresó en el Pennsylvania College for Women (hoy Universidad de Chatham) para dedicarse a la escritura, pero, tras recibir clases de biología, Carson cambió de especialidad y se graduó con honores en 1929. En 1932, obtuvo una máster en zoología en la Universidad Johns Hopkins.

La fascinación de Carson con la ciencia y su capacidad, unidas a su amor y deseo de proteger las áreas naturales, inspiraron el resto de su carrera y son evidentes en el trabajo que llevó a cabo tanto para el FWS como personalmente.

En 1951, El mar que nos rodea hizo famosa a Carson y asentó su credibilidad como capaz intérprete de la ciencia para el público. El libro fue un éxito en ventas desde el principio, se vendieron 250 000 ejemplares en su primer año de publicación, y al año siguiente, Carson recibió el Premio Nacional del Libro en la categoría de no ficción por esta obra. En su discurso de aceptación, expuso sus convicciones sobre el interés del público por la ciencia:

“Muchas personas han comentado con sorpresa el hecho de que una obra científica alcance un gran número de ventas. Me gustaría desafiar la idea de que la ‘ciencia’ deba entenderse de forma separada de la vida cotidiana. La ciencia forma parte de la realidad de la vida; es el qué, el cómo y el porqué de toda nuestra experiencia. Es imposible entender al hombre sin comprender su entorno y las fuerzas que lo han moldeado física y mentalmente”.

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Primavera silenciosa: un cambio de perspectiva

En Primavera silenciosa, Carson reunió información sobre las sustancias químicas utilizadas en fumigaciones aéreas, en entornos industriales y en los alimentos para caracterizar el impacto de estos agentes en términos ecológicos, en lugar de limitarse a describir la eficacia de las soluciones químicas. Carson basó su caso en la ciencia. Investigó a fondo, citó docenas de informes científicos, entrevistó a expertos destacados y revisó materiales de distintas disciplinas.

Primavera silenciosa introdujo ideas nuevas e importantes en la mente del público: La pulverización de sustancias químicas para controlar las poblaciones de insectos también puede matar a las aves que se alimentan de insectos muertos o moribundos. Además, las sustancias químicas no solo se dispersan por el ambiente, sino también por las cadenas alimentarias. También argumentó que las sustancias químicas que no matan directamente pueden acumularse en los tejidos grasos y causar problemas médicos más adelante; además, las sustancias químicas pueden transferirse de madres a hijos. Eran ideas nuevas para la conciencia pública y, entre ellas, destacaba la noción de que la vida está mucho más interconectada y es más interdependiente de lo que la gente suponía o entendía. Sin embargo, Carson no pedía la prohibición total de las sustancias químicas agrícolas, sino cautela, más estudios y el desarrollo de alternativas naturales.

Cuando se publicó Primavera silenciosa en el otoño de 1962, suscitó un enorme interés público y críticas sustanciales. Muchos dirigentes del gobierno, entre ellos el Presidente John F. Kennedy y su Secretario de Interior, Stewart L. Udall, tomaron en serio a Carson. Sin embargo, fue criticada con vehemencia por aquellos se iban a ver perjudicados profesionalmente por las políticas que pronto ayudarían a crear sus ideas. El Dr. William J. Darby escribió una reseña sobre Primavera silenciosa titulada “Silencio, señorita Carson”, publicada por laAmerican Chemical Society, en la edición de Chemical & Engineering News del 1 de octubre de 1962. Darby criticó a Carson por no adoptar los puntos de vista de “científicos responsables y con amplios conocimientos” y recomendó que “en vista de sus cualificaciones científicas, en contraste con las de nuestros distinguidos líderes científicos y estadistas, este libro debería ser ignorado”.

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El legado de Rachel Carson

El libro de Carson no fue ignorado. Sus investigaciones e ideas fueron los testimonios centrales en dos audiencias en el Congreso, y un informe del Comité de Asesoría Científica Presidencial relativo a los pesticidas en 1963 ratificó la petición de Carson de limitar el uso de pesticidas y seguir investigando sus peligros para la salud. Carson y su libro Primavera silenciosa son citados con frecuencia como los catalizadores que inspiraron el movimiento ecologista que comenzó en la década de 1960 y cobró impulso nacional e internacional en la década de 1970. En los años que siguieron a la polémica sobre Primavera silenciosa se creó la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos y se aprobaron numerosas leyes para proteger el medioambiente y la salud humana, incluida la prohibición del uso doméstico del DDT en 1972, debido a su uso excesivo y generalizado y a su impacto nocivo para el medioambiente.

Desde la publicación de Primavera silenciosa, la ciencia química se ha desarrollado y ha incluido la química sostenible, que implica el diseño, desarrollo y aplicación de productos y procesos químicos que reducen o eliminan el uso o la generación de sustancias peligrosas para la salud humana y el medioambiente. Al mismo tiempo, los químicos han adquirido un nuevo papel en la investigación del impacto de la actividad humana sobre el medioambiente. Los científicos, los responsables políticos y el público reconocen y valoran las ventajas y desventajas de las nuevas tecnologías. Varias generaciones han crecido adoptando los ideales de Carson de conciencia ecológica, protección del medioambiente y conservación.

Una medida que revela mejor cómo han cambiado las actitudes se refleja en una carta escrita por Rudy M. Baum, redactor jefe de Chemical & Engineering News, publicada en la edición del 4 de junio de 2007:

“En una época en que los humanos creían estar, en gran medida, separados de la naturaleza y destinados a controlarla, Carson argumentó apasionadamente que la naturaleza es, de hecho, una red de interconexiones e interdependencias de la cual los humanos forman parte y amenazan su cohesión a su propio riesgo. Lo que hoy es la corriente dominante era herético en 1962, y creo que esta parte del argumento de Carson es lo que le ganó tanta enemistad cuando se publicó Primavera silenciosa”.

Carson, que falleció en 1964, inspiró una nueva corriente de pensamiento, según la cual la humanidad no es el centro de la vida en la Tierra, sino parte de la naturaleza. El legado de Primavera silenciosa continúa, hoy en día, en el creciente interés de la comunidad científica por las prácticas respetuosas con el medioambiente y el mayor apoyo del público a la sostenibilidad en todos los ámbitos de nuestras vidas.

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Recursos Adicionales

Plan de estudios

Otras lecturas

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Rachel Carson, autora de Primavera silenciosa.
Cortesía del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos.

link to poster about Rachel Carson's work on bioaccumulation and biomagnification
El trabajo de Rachel Carson sobre bioacumulación y biomagnificación de contaminantes se analiza en este póster descargable (en inglés).
ACS
Clic para ampliar (en inglés)

Designación de hitos y reconocimientos

El 26 de octubre de 2012, la American Chemical Society designó el legado de la obra Primavera silenciosa de Rachel Carson como Hito histórico nacional de la química en la Universidad Chatham de Pittsburgh, Pensilvania. En la placa conmemorativa del desarrollo se puede leer:

La obra de Rachel Carson, Primavera silenciosa, publicada en 1962, marcó un hito en el desarrollo del movimiento ecologista moderno. La perspectiva y el rigor científicos de Carson crearon una obra de gran profundidad y credibilidad que suscitó un amplio debate entre la comunidad científica y el público en general sobre el efecto de los pesticidas en el mundo natural. Estos debates dieron lugar a nuevas políticas para la protección del aire, el agua y, en última instancia, la salud y seguridad. El libro de Carson promovió un cambio fundamental en la práctica química y ayudó a establecer una nueva función para los químicos en la investigación del impacto de la actividad humana sobre el medioambiente. El legado de Primavera silenciosa continúa hoy en día en la creciente atención de la comunidad química a las prácticas de química sostenible y un mayor apoyo del público a la sostenibilidad en todos los ámbitos de nuestras vidas.

Agradecimientos

Adaptado para Internet de “El legado de Primavera silenciosa de Rachel Carson”, producido por el programa de Hitos históricos nacionales de la química de la Sociedad Americana de Química en 2012.

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Citar esta página

ACS Style

Hitos históricos nacionales de la química de la American Chemical Society. Primavera silenciosa de Rachel Carson. http://www.acs.org/content/acs/en/education/whatischemistry/landmarks/rachel-carson-silent-spring.html (consultado Día Mes Año).

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Nancy B. Jackson, expresidenta de la ACS, y Wenying Xu, vicepresidenta de Asuntos Académicos de la Universidad de Chatham, durante la designación del Hito histórico nacional de la química, el 26 de octubre de 2012, en la Universidad de Chatham.
Keith Lindblom/ACS.